La joven y prometedora pianista Klárka se inició en la música gracias a sus hermanas mayores, que tocaban la flauta y el clarinete. Ya con menos de tres años les acompañaba y empezaba a tocar ella misma canciones infantiles y villancicos. Posteriormente, fue acogida por la profesora Tatiana Vejvodova. Poco a poco fue añadiendo más y más clases particulares a la única clase semanal y orientó las clases hacia los primeros conciertos y concursos. Destacó en los concursos internacionales de piano de Roma, Berna, Bruselas y París.
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